Para evitar el lo más adecuado es verificar que
la página que se visita es auténtica. Para ello, puede comprobarse en el
navegador la URL del sitio en el que nos encontramos, acoplándola y
pegándola en la barra de direcciones.
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A la hora de realizar transacciones en Internet es
conveniente comprobar que el proceso se realiza en un servidor seguro,
prestando atención a varios detalles, como que la dirección que aparece en
el navegador comienza por https://.
Además, en la parte inferior del navegador figura un
icono que representa un candado o una llave. Desactivar el uso de cookies
desde la barra de herramientas del navegador que estemos utilizando.
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El acceso, por parte de un hacker, a las
cookies, que son pequeños ficheros de texto que se guardan en el ordenador
del usuario a petición del servidor de la página que se está visitando.
Applets Java y JavaScripts. Aunque la mayoría de estos programas no
entrañan riesgos, algunos pueden estar diseñados para robar información del
sistema y enviarla después a un usuario malicioso. De
hecho, cada vez es más frecuente encontrar páginas que imitan a la
perfección el aspecto y funcionalidades de conocidas entidades bancarias,
de forma que la información que el usuario introduzca irá a parar
directamente a manos de delincuentes sin escrúpulos.
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Virus que pueden entrar en el sistema mientras se
visitan páginas web. Normalmente suelen aprovechar vulnerabilidades que les
permiten instalarse en los equipos de forma oculta para el usuario. Entre
los códigos maliciosos capaces de hacerlo se encuentran muchos troyanos
diseñados para robar información confidencial de los sistemas a los que
afectan.
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